Alex y la razón de su dieta.



Alex hace 10 años

Si hace un año alguien me hubiera dicho que hoy tendría mi propio blog con recetas para una dieta muy estricta y que en él publicaría mis propias fotografías, habría pensado que me estaba tomando del pelo. Pero a veces en la vida ocurren cosas que nos obligan a pensar y actuar de manera diferente a como lo hacíamos hasta entonces, y  fue lo que me ocurrió a  mí.

Hace ya seis años, cuando Alex, nuestro hijo menor, fue diagnosticado por primera vez (la “sentencia” decía: “rasgos de autismo”),   busqué información en internet  acerca de una dieta sin gluten y sin caseína (La dieta GFCF) y encontré  que a menudo esta dieta ayudaba a los niños del espectro autista. Cuando nos confirmaron que el caso de Alex se trataba  SÓLO de un desorden leve relacionado con el espectro autista (desorden semántico-pragmático) con cierto alivio me olvidé por completo de la dieta GFCF, con la plena convicción de que no la necesitaríamos. Me atormentaba la sola idea de pensar que tendría que descartar de sus ya limitadas comidas (es común que los niños del espectro autista coman sólo ciertas cosas) la gran mayoría de sus comidas favoritas: las pastas, los yogures, el pan… Eso sería como condenarlo a morir de hambre.

Desde entonces pasaron ya seis años, Alex tiene  ahora nueve, está en tercer grado y es un estudiante muy pilo, bueno para las matemáticas.  Los adelantos que ha logrado ya superaron hace rato lo que yo ni me atrevía a esperar entonces, PERO sigue siendo nuestro niño “especial”,  de comportamiento raro y siempre “DIFERENTE” de la mayoría de los niños. Pero no es de esto de lo que se va a tratar este blog.

¿Cómo volvimos a encontrarnos con la dieta de nuevo?

Alex  tenía problemas de salud similares a los de la mayoría de los niños del espectro autista. Su piel, que solía ser siempre  seca, pasó a convertirse en eczemas en los brazos. Y yo hacía bastante tiempo venía pensando en si no sería bueno eliminar la leche de su dieta normal, aunque hoy ya no recuerdo bien por qué se me ocurrió esa idea. Además, desde  pequeño  tenía también problemas de digestión, y aunque no era un problema grave, cualquiera reconoce que los calzoncillos frecuentemente sucios en un niño de 9 años ya no son nada normal. Quizás esa fue una de las causas que me llevó a pensar en si sería bueno eliminar la leche de sus comidas.

Así que empecé de nuevo a buscar información acerca de la dieta GFCF. Me enteré del tratamiento biomédico, del que esta dieta es parte, y corrí con suerte, encontré una doctora directamente en Bogotá que se especializa en este tipo de tratamiento para niños como Alex. 

Antes de la primera visita con esta doctora empecé a estudiar cómo hacer esta dieta, cómo reemplazar el gluten y la leche… pero no me imaginaba que lo que nos esperaba era un poco más difícil. De la primera consulta con nuestra doctora salimos con una dieta donde debíamos eliminar o reemplazar de la dieta de Alex los siguientes alimentos:

- todos los productos lácteos
- gluten
- azúcar (están permitidos sólo Stevia y Xilitol)
- colorantes artificiales
- conservantes, aditivos
- soya
- carne de cerdo
- mariscos y pescado
- levadura
- manzanas, plátanos, bananos…

¿Y cómo  iba a ser posible esto con un niño adicto a las pastas (eran prácticamente su cena de cada día) y al pan, que además se comía dos yogures saborizados con Nesquick al día, y cuyas frutas preferidas eran las manzanas y los bananos?

Así empecé...

Empecé con la firme decisión de que a pesar de tan estricta dieta mi hijo llegaría

Alex hoy

a poder comer prácticamente IGUAL que antes, y sigo convencida de que lo  vamos a lograr. Es más, lo estamos logrando.

En este blog encontrarán todas las recetas que han “funcionado” en mi casa, e información acerca de los productos que usamos y que  nos ayudan a alcanzar  la meta.

Si todo esto puede ayudar a alguien que esté en una situación similar a aquella en la que yo estaba hace sólo un par de meses, que está pensando  en cómo empezar su dieta, de la cual tiene que eliminar el gluten o la leche o el azúcar… o todo lo anterior a la vez, entonces será para mí una buena recompensa.

Sí se puede, ¡Manos a la obra!